Se apresuran las horas haciéndose insuficientes, quizá porque hubo un tiempo en el que no hubo tiempo y todo era una sucesión de estar vivo. No hay nada como llegar a Junio y que el calendario se llene de citas con hora y lugar para que te des cuenta de que la libertad y la responsabilidad son inseparables amigos del alma.
Suena Albertucho...con su capitán cobarde.
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